Sin trinidad divina, con fe trinitaria 「父と子と聖霊」は多神教ではない

Sin trinidad divina, fe trinitaria「父と子と聖霊」は多神教ではない

カトリック教会の祈りのはじめに、十字架を切るしるしをしながら、「父と子と聖霊のみ名によって、アーメン」と唱えます。そして祈りの終りに、「栄光は父と子と聖霊に。初めのように今もいつも世々に、アーメン」と言います。
この短い文はキリスト教信仰の要約と言えます。
「父と子と聖霊」というこの三つの言葉は、三つの頭の神様を指すのではありません。この三つの言葉は、三者ではなく、唯一の神の神秘を指すのです。
しかしその三つの言葉は単なる異なった名前だけではないのです。
父なる神、御子と呼ばれるイエスと、神の息吹や働きや力と呼ばれる聖霊は、どのようにわたしたちが神にめぐりあうのか、またどのように神がわたしたちに働きかけるかを表している言葉です。
いのちの源であり、創造主である神は、父なる神と呼ばれます。
父なる神を見た者はいないが、その顔を具体的に示してくださったのは人となられた神様自身であり、御子と呼ばれるイエスです。わたしたちはイエスのことをイエス・キリストよ呼びます。それは「イエスこそキリスト・すなわち救い主・人となられた神であり、わたしたちの希望の根拠であり」という意味です。イエスは私たちのための神の顔・神のシンボルです。
そして、すべてのものにおいても、わたしたち一人ひとりの心の中においても現存し、はたきかけている神の心・気は聖霊と呼ばれます。
西洋のキリスト教の歴史の中でこの教えは難しそうな言葉遣いで語られるようになり、「三位一体」という理解しにくい定式で表現されるようになりました。キリスト教を知らない人でも日本で「三位一体」という言葉を比喩的に使うことがあり、ある政治家は「三位一体の改革」という言葉を用いたので、一時流行する言葉となったことさえあります。わたしは「三位一体」と言うことを信仰の抽象的な表現としてあまり使いたくありません。むしろ原始キリスト教団で神を賛美するために言われていたように、「栄光は、聖霊において、キリストを通して父なる神に帰せられるように」という讃歌を紹介したほうが良いと思います。そしてなんと言っても信仰の対象は神についての難しい教理ではなく、神自身です。教理は、例えて言えば、文法のようなものです。文法を知らなくてもわたしたちは文法にのっとって話しているのです。
では、今度の日曜日の典礼ではは「父と子と聖霊である唯一の神」への信仰を宣言する主日になっております。その主日を祝うにあたってイエスの教えてくださった祈り(主の祈り)を父なる神に向かって唱えたいのですが、その祈りを唱えるとき、それを心から唱えさせてくださっているのは神自身の霊であるということに改めて気づきたいものです。

Trinidad es un nombre abstracto que nos aleja de la realidad divina trascendente.

Trinitario, como adjetivo, y trinitariamente, como adverbio, califican y modifican muy concretamente nuestras afirmaciones sobre la manifestacion de la Vida divina en el mundo y nuestro camino hacia la Fuente de Vida.

La Vida divina se manifiesta trinitariamente: su Palabra nos habla a través de la Naturaleza, a través de la Historia y a través de nuestra propia interioridad.

La Vida divina es trinitaria: no se queda inmóvil en la inercia de lo uno, sino da de sí y despliega su dinamismo creador incesantemente a través de la Naturaleza, la Historia y la Interioridad.

El camino humano hacia la Fuente de la vida se recorre trinitariamente, en y desde la interioridad, respondiendo a la manifestación de la Vida divina, encarnada en historia humana y retornando a través de las epifanúias de la Vida a la Fuente de la Vida.

Las palabras del final del evangelio según Mateo son las mismas de la liturgia bautismal y nos recuerdan la renovación de las promesas del bautismo que hicimos en la vigilia pascual. Decimos que creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero, ¿qué es lo que creemos cuando decimos esto? No queremos decir que creamos en tres dioses, ni tampoco en un enigma muy raro misterioso y abstracto de tres en uno. Lo que creemos es, dicho con las palabras de Jesús, es lo que el mismo Jesús nos enseñó cuando dijo: “El Padre y yo somos uno, quien me ve a mí ve al Padre" Y cuando dijo: "Os conviene que yo me vaya, porque entonces os enviaré mi Espíritu para que os acompañe siempre" Y cuando dijo: "Me voy al Padre que es vuestro Padre".

Así que cuando decimos creo en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo estamos afirmando que creemos en el Dios que nos enseñó Jesús y con la manera de creer que nos enseñó Jesús. Que creemos en el Dios a quien Jesús nos enseñó a llamar Padre. Que creemos que es el mismísimo Espíritu de Jesús, el que desde dentro de nosotros nos hace orar y alabar diciendo a Dios Padre.

Pero para que no nos quedemos por las nubes, preguntémonos hoy: ¿Qué significa ser consecuente con la fe en Dios Padre Hijo y Espíritu Sto.?

Creer en Dios Padre, origen de la vida, significa estar incondicionalmente en favor de la vida

Creer en Dios Hijo, en Jesucristo, el inocente crucificado, significa estar de parte de todas las personas crucificadas, estar incondicionalemente en favor de la solidaridad y la justicia.

Creer en Dios Espíritu Santo, de quien dice la Escritura que donde está el Espíritu está la libertad, es estar incondicionalmente a favor de la libertad y en oposición a toda esclavitud, a toda manipulación, a todo monopolio unilateral del poder.

Así de concretas son las consecuencias de una fe que se comporta en la sociedad de modo coherente.

Que la fe en Dios Padre, origen de la vida nos lleve a cuidar responsablemente de la creación, del entorno, del ambiente, de la naturaleza y, sobre todo, de las vidas humanas y,por tanto, oponiéndose a la guerra, al terrorismo, a la violencia, a la plaga de la droga, y a todas las formas de homicidio, incluída la agresividad cotidiana con que nos vamos matando poco a poco los unos a los otros. Oponerse también, por supuesto a la locura de la energía nuclear...

Que la fe en Dios Hijo, crucificado, nos lleve a ponernos de parte de todos los crucificados de este mundo, de parte de la solidaridad y de la justicia, y nos haga unir nuestros esfuerzos por bajar de la cruz a las personas crucificadas, empezando por algo tan concreto como colaborar a luchar contra el paro y las desigualdades sociales o contra el racismo y la discriminación.

Que la fe en Dios Espíritu Santo, que está dentro de mí y dentro de mi prójimo, nos lleve a un gran respeto a la dignidad y la libertad de cada persona, que nos haga auténticamente libres y nos ayude a respetar la libertad de los demás en una sociedad que dialoga y coopera, con espíritu de hermanos libres, en vez de destruirse y descalificarse mutuamente, con espíritu de guerra civil.