SIESTA EN EL TABOR タボル山での昼寝,マルコ9、2−10

SIESTA EN EL TABOR タボル山での昼寝

マルコ9、2−10(ゲッセマネでのイエスの祈り、ご受難の前に苦悩するイエス、イエスの迷い、居眠りする弟子たち)とマルコ14、32−42 (タボル山でのイエスのご変容、復活の前触れ、天の声からアイデンティティを与えられるイエスエルサレムに上ろうと覚悟を決めるイエス、イエスの悟り、居眠りする弟子たち)。

この二つの場面は重なって映ってきます。

ペトロは目が覚めると、「すぐにあたりを見回したが、一緒にいるイエスのほかは、誰も見なかった』(9,8)。

いったい何があったか。夢をみたのか。夢の中で真実を悟ったのか、それとも目が覚めた今は夢なのか。

現代、「神の死と神の沈黙」の時代と呼ばれる現代において、私たちには何が残るのかと言えば、「イエス以外になにものでもない」。

目覚めているつもりの私たちは、寝ているかもしれない。

夢から目覚め、悟ように呼びかけられている。

「眠っているものよ、起きなさい。死人の中から立ち上がりなさい。そうすればキリストがあなたを照らすであろう」(エペソ書、5,14)。

Getsemaní y Tabor: cara cruz de la misma moneda.
Se solapan la escena de Getsemaní (Mc 14, 32-42: los tres discípulos dormidos durante la Oración del Huerto y Jesús en agonía orante) y la escena del monte Tabor (Mc 9, 2-10: Jesús radiante, anticipo de Resurrección; Moisés y Elías, que anuncian tránsitos de éxodo de muerte a vida –cf. Lc 9,31-; los discípulos echando la siesta y soñando con lo que Jesús les había anunciado por el camino: vaticinio de muerte en Jerusalén; pero les dice la verdad un sueño al mostrar la imagen radiante de Resurrección y les entra la tentación de quedarse allí, cortocircuito sin pasar por el Gólgota).

Decisivo el v. 8: De repente, al despertar, alrededor no se ve a nadie más que a Jesús. ¿.

¿Ha sido un sueño todo? ¿O será,al revés, que ahora que creen estar despiertos es cuando están soñando, porque la vida es sueño?

Como en Getsemaní les tendrá que decir Jesús: Levantaos.

Y discutirán durante la bajada del monte sin haber entendido. Solo lo entenderán cuando Jesús se haya “levantado de la muerte”.


En el evangelio según Marcos, los tres puntos claves sobre la identidad de Jesús son:

la voz del cielo (Tú eres mi hijo) en 1, 11 (Bautismo)

y en 9,7 (Este es mi hijo; transfiguración),

y en boca del centurión romano, en 15, 39 (Verdaderamente este hombre era hijo de Dios, ahora se puede decir así porque no se ha bajado de la cruz).

En esta era que algunos llaman de ausencia y silencio de Dios y crisis de fe, ¿qué nos queda? Solamente y únicamente Jesús, El Que Vive, que se nos manifiesta como tal cuando prolongamos su tarea de dar esperanza y curar en medio de la cotidianidad gris, donde no hay apariciones consoladoras ni nubes de revelación.

La voz que también a cada uno le dice “Tu eres mi hijo, el que te ve me ve”, solamente se escucha en medio de la praxis de Jesús que da esperanza y cura a cada persona desesperanzada y enferma.

Y lo que esa voz nos dice, a través del rostro que perdió hermosuras, a través de la voz de los sin voz y a través de la fuerza de los sin poder, son las palabras que escuchó Pablo:

“Despierta, tu que duermes, levántate de la muerte y te iluminará Cristo” (Efesios, 5,14).

La tradición budista cuenta que Gautama, identificado con la realidad última en la iluminación, dijo a uno de sus discípulos: “Quien me ve a mí, ve al Dharma”. En el evangelio según Juan, Jesús dice: “cuando uno me ve a mí, ve al que me ha enviado” , 12, 44; y a Felipe le dice: “El que me ve, ve al Padre”.

Cada creyente , cuando vive la praxis de Jesús identificado con los injusticiados del mundo, escucha la voz que le dice “tú eres mi hijo” y puede decir “quien me ve, ve a Abba”. Esa es la prueba de que Él Vive, la praxis que prolonga su vida.