Ascensión al cielo: extensión al universo 天に昇り、すべてを満たす。

Ascensión al cielo: extensión al universo天に昇り、すべてを満たす。

「天の登った」という象徴的な表現によってイエスは今尚生きておられることが表されています。

「天に昇った」というのは雲の上にいると言う意味ではありません。死んで永遠の命に入ったイエスが肉眼で見えないが、常に私たちと共おられます。そして私したちをつかわし、私たちの手と足を通してはたらきます。

この教えを聖書はいろいろな表現であらわされています。たとえば、ご昇天を表す次の五つの五つの表現を検討しましょう。

1)「上にあげられた」(ルカ24,51)、「上にいる」というのは「死にうちかった」という意味です。

2) 「父なる神の右の座についた」(使徒2,33)、「右の座にいる」というのは「裁く権能を与えられた」と言う意味です。

3)「あなたがたより先にガリラやに行く」(マルコ16,7)、「先にいる」,「先に歩いている」というのは日常生活の現場にいると言う意味です。

4)「世の終わりまであなた方と共にいる」(マタイ28,20)、「常に共にいる」、「傍にいる」というのは共同体の中にいるという意味です。

5) 「すべてを満たしておられる」(エペソ教会への手紙4,9)というのは私たちのうちにおいてもすべてのものにおいても現存しているということです。

Ascensión al cielo: extensión al universo

“No os quedéis embobados mirando a las alturas” (Hechos 1,1-11), dice el mensajero de Lucas a la iglesia incipiente con nostalgia de evadirse mirando a los cielos.

El Que Vive no se escapó en un cohete a la estratosfera, está llenándolo todo (Efesios 1, 17-23), le decían en la carta a la iglesia de Éfeso, para recordarle en nombre de la espiritualidad mística y la corporalidad política que la Ascensión no es propulsión a chorro hacia las nubes sino inmersión en la vida, extensión al cosmos, apearse de papamóviles y bajarse a caminar por la Galilea de deshaucios, hipotecas y desempleos.

El Que Vive no fue a parar a tumbas vacías o semillenas, ni a estamparse en sábanas santas: Al morir, se sumergió en la Vida definitiva que lo llena todo. Su muerte fue instante de resurrección como entrada en la Vida: de Ascensión como Extensión al universo entero: de Pentecostés como Presencia absoluta de su Energía “a nuestro lado cada día” (Mt 28, 16-20) y adelantándose por el camino hacia la Galilea de las víctimas injusticiadas (Mc 16, 7).

El movimiento desencadenado por El Que Vive es un movimiento de reunir para dar vida, de restaurar vínculos rotos (procesos de pacificación) y liberar de ataduras que esclavizan (procesos de liberación), de liberar y reunir (por eso se le llama eklesía) para retornar a la unidad.

Pero la contradicción interna del grupo seguidor de El Que Vive corroe las entrañas de la iglesia dividida. A golpes de mitra, báculo y tiara se empeñan en imponer la interpretación oficial del régimen: la Ascensión como evasión a los cielos y cohabitación con los sistemas financieros en la tierra.

El Que Vive no huyó hacia las nubes, ni se refugió en la Bolsa o en la Curia. Acampa con quienes acampan con indignación y se hace voz de todo el mundo sin voz. Se presiente que, en la noche y tras la noche, vendrá una noche más larga. Creemos en El Que Vive, sabemos que no abandona, amor nuestro, al alba...

Tres lenguajes diferentes en las tres lecturas litúrgicas de la Ascensión: lo mítico, lo místico y lo cotidiano.

Habrá quien elija comentar el lenguaje mítico de la subida los cielos según Lucas (Hechos 1, 1-11; cf. Lc) en forma popularmente comprensible (“No os quedéis embobados mirando hacia arriba”).

Habrá quien prefiera profundizar en el estilo místico para fe adulta de la Carta a los Efesios (1, 17-23; cf. 4, 10: “para llenarlo todo”).

Y muchas comunidades de base se dejarán animar por lo cotidiano de Mateo (28, 16-20: “a vuestro lado cada día”, cf. Mc 16, 7: “Va por delante...en Galilea lo veréis).

Decir que “subió por entre nubes” es lenguaje mítico. Decir que “lo llena todo” es lenguaje místico. Unas homilías exagerarán el primero (con peligro de literalismo). Otras acentuarán el segundo (con peligro de ambigüedad).

Habrá quienes opten por aclarar malentendidos sobre números, como explicaba hace ya medio siglo el profesor en clase de exégesis: “Ni tres días para resucitar, ni cuarenta para ascender a los cielos...El tercer día es alusión a Oseas: lo definitivo; los cuarenta días aluden al éxodo... Ni Jesús espera tres días para dejar una tumba vacía, ni juega al escondite cuarenta días con los apóstoles, ni trepa a las nubes en despegue vertical a propulsión...

Según el evangelista Juan, resurrección, ascensión y entrega del Espíritu son un todo inseparable, que coincide con la muerte y la lanzada en el costado, de donde brota sangre y agua (Jn 19, 29-34)”. Así lo explicaba, ya en los años 60, el profesor puesto al día en hermenéutica, mientras bostezaba el alumnado por el calor de mayo.

En eucaristía vivas y vividas por comunidades enredadas en las redes del Pescador, celebrarán la Ascensión al Cielo como descenso a la vida. Para descender a lo frágil, apearse a lo marginado y “bajarse al pobre”, como diría el P.Benjamín González, se centrarán en la Galilea cotidiana de Marcos (Mc 16, 7) o en la presencia en el camino de la praxis, con Mateo: “Con vosotras y vosotros a diario hasta el fin de los siglos” (Mt 28, 20) y en el compartir comunitario: “allí donde os reunís, dos o tres, en mi nombre (cf. Mt 18, 20).

Otras reuniones, en vez de unas pocas personas, serán misas multitudinarias en un estadio. En unas y otras, grandes y pequeñas, puede “subsistir” (Lumen Gentium, 8) el movimiento de Jesús, que llamamos iglesia. La interpelación será, para unas y para otras, “¿En nombre de quién y de qué se reúnen y para qué?"...