Concebir vida y alumbrar nueva criatura.身ごもって生む。お言葉どうり,この身に。(Lc 1,29-38 ).

Concebir vida y alumbrar nueva criatura.身ごもって生む。お言葉どうりこの身に。(Lc 1,29-38 ).

天使ガブリエルは「創造する神のみ言葉」を代表する象徴です。そのみ言葉は告げ知らせる出来事を創造するものです。「マリアよ、あなたの胎内で神の創造が起ころうとしていますよ」と言う。

女性は男性によって受精するだけで身ごもることにはなりません。

「身ごもる」とは、
1)自分の胎内に自分を超える命の息吹(聖霊)がはたらくことによって、
2)胚が一人の新しい人となり、
3)その新しい人のいのちを受け入れることです。

身ごもるとは、子供を作る両親の営みなしに起こらないけれども、両親の力を超えるもの(授かりもの)です。

それを「受け入れるることは身ごもることです。

マリアは「おことばどおりに『この身になる〈起こる〉』ように」と言います。「この身に」おこることです。しかし「この身」を超えるはたらきのおかげです。

エスの誕生もすべての人の誕生も、親が作る子供であると同時に、親が授かるものです。

身ごもるとはたんなる生物学的な受精だけではなく、神の息吹の創造とそれを受け入れる親の協同作用によって起こる『出来事』です。

ルカ1,29節のみ言葉というのは「創造的な出来事を引き起こす神の言葉です」。


CONCEBIR ES ACOGER, ALUMBRAR ES RECIBIR



En el tercer domingo de Adviento meditamos sobre la maravilla de creatividad de toda concepción y alumbramiento.

No basta la fecundación de la mujer por el varón para que nazca nueva vida, no basta el encuentro biológico del óvulo y el espermatozoo.

Si la fertilización puede llamarse "momento" (sabemos que ese “momento” dura más de veinte horas, es un proceso, como es proceso la anidación del pre-embrión en el seno y es un proceso la constitución biológica de una nueva individualidad durante las semanas tercera a la octava), la concepción es algo mucho más amplio y profundo, con mayor amplitud temporal y mayor profundidad humano-divina.

Concepción es un sustantivo, pero concebir es un verbo. Es más apropiado el verbo para significar este proceso.

Gabriel es símbolo de la palabra creadora del Espíritu de Vida. Anuncia que la vida concebida se hará nueva criatura, Se le aplica el verso del profeta Sofonías: “El Señor dentro de tí se alegra contigo y se renueva su amor” (Sofonías 3,17).

El alumbramiento de la vida concebida será fruto del amor de Dios que bendice el amor de los progenitores. La palabra que lo dice es “palabra de gracia, de gratuidad”, que es el leit motiv del evangelista Lucas.

Concebir es un proceso de acoger: recibir esa palabra-acontecimiento, dejar que se lleve a cabo dentro del propio seno lo que no se hace sin él, pero lo desborda y supera: el alumbramiento de la nueva criatura anunciada por esa “palabra-acontecimiento”.

María dice, con razón, “hágase en mí”, es decir, la madre acoge que ocurra esa creación (pro-creación) dentro de ella. Lo que , aunque no se hace sin ella y sin el padre, pero los desborda a ambos, es algo que ocurre en ellos y los supera. Los progenitores hacen la criatura que Dios les da. Dios les da la criatura que ellos hacen.

Así es en todo nacimiento. Concebir vida y alumbrar criatura nueva es el enigma y maravilla de creatividad de todo nacimiento, de lo cuál el nacimiento de Jesús es símbolo y epifanía. Como escribía Juan Pablo II, “la Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano ” (Evangelium vitae, n.1).