MISIONERO OCCIDENTAL, BUSCADOR DE ORIENTES

10月23日。世界宣教の日。DOMUND.

伝道とは道を伝えるという意味です。

しかし、伝道者(宣教師)のつもりでいる者は、あくまでも求道者であるといわなければなららないのです。

私たちはみな、求道者で、探求者です。


種蒔き人は種を蒔きに出かけたのですが、気がついたら、もうすでに麦が芽生えていました。彼が蒔きに来る前にもう一人の種蒔き人が巻いていたからです。

私たちが種を蒔くより先に、聖霊の種が諸国、諸文化、諸宗教、すべての人の心に種を蒔いています。収穫こそ必要です。





MISIONERO OCCIDENTAL, BUSCADOR DE ORIENTES

Los buscadores de oro tardaban en hallarlo. La búsqueda de la vida en Oriente se hace esperar sin prisa a fuerza de tenerla al alcance de la mano.
Atardecer otoñal en Kyoto. Incendio de tonalidades amarillas, ocres y encarnadas caldea las maderas del templo añejo, reflejando la vida del jardín de arces por cornisas y tejados.
Ante el pórtico Este del Honganji, copio el lema de la semana, caligrafiado por los monjes de la escuela de Tierra Pura. “La Vida te vive”, reza la emblemática pincelada. Es una jaculatoria de Shinran, el fundador de la nueva rama que en el siglo XIII revivió con amor familiar la religiosidad anquilosada en las galerías célibes del monacato. Mientras copio el aforismo en el bloc de cabecera, se me acerca sonriente un monje de cuerpo anciano y mirada joven:
“¿Lee y escribe nuestros ideogramas?”
“Ustedes me los enseñaron”
“¿Muchos años en Japón?”
“Unos cuarenta”
“¿Arraigado aquí con hijos y nietos?
“No, soy religioso jesuita?
“Ah, ya sé, Francisco Javier...”
(En Japón es cultura general conocer el nombre del misionero navarro. No así la diferencia entre una secta y una orden religiosa).
“Por cierto, dígame, ustedes los jesuitas ¿son católicos o cristianos?”
(Me río por dentro, pensando: la “gente de la caverna”, en la capital de mi país, respondería que somos heréticos combustibles... Pero me lo callo y le explico).
“Los jesuitas somos católicos y los católicos son cristianos. Una orden religiosa no es una secta, sino una comunidad comprometida con votos bajo la guía del Papa, para trabajar al servicio de un mundo más humano y más creyente, como buscaba Jesús”.
“Un mundo así anhelamos también nosotros, como buscaba el Buda”.
“¿Es muy numeroso su danka? (Danka equivale a la feligresía de una parroquia).
“No excesivo, a pesar del sitio céntrico...”
“Pero más, sin duda, que toda nuestra diócesis de Kyoto”.
“¿No es frustrante pasarse la vida en el extranjero, trayendo de Europa la fe de Jesús a quienes no les interesa? ¿O quizás usted anuncia y vende mejor la mercancía convirtiendo a muchos “kyudosha”? (“Kyudosha” siginifica, en japonés, “buscador de camino”; es el nombre que dan, tanto en templos budistas como en iglesias cristianas, a quienes vienen a aprender sobre la religión, al catecúmeno).
“No me considero empleado de publicidad y ventas como los pioneros de ciertos movimientos sectarios. A Jesús, más que traerle, le busco. “Kyudosha”, es decir, “buscadores de camino” somos todos durante toda nuestra vida.
“En eso estoy de acuerdo. Nosotros decimos que hasta que siguen creciendo las uñas de difunto, somos “tankyûsha”, es decir, exploradores que buscan el Camino del Buda sin acabar de encontrarle.
El monje calla y sonríe significativamente, mientras señala con el dedo a mis pies. Miro al suelo intrigado y luego me quedo mirándole interrogativamente.
“Cuando nos preguntan dónde está el Buda, respondemos: Aquí. La gente mira en torno y ve muchas estatuas de Buda en el templo. Siguen preguntando: ¿Cuál de ellas es el Buda auténtico? Y entonces señalamos a sus pies: El que está donde tú pisas, el que late donde tu corazón late, tan cerca de tí como tu mismo corazón y tan lejos como lo olvidado que tienes su latido”.
“Claro, y por eso nos pasamos la vida buscándole”
“Y sin reconocer que nos ha hallado él primero, porque es la Vida que nos vive”.
Se aleja despacio en silencio el monje. Contemplo el reflejo del sol de otoño a través de los arces sobre su kimono. Respirando su aura, su imagen se me transforma como en ensueño y me veo caminando junto al Jordán a unos pasos del enigmático buscador de Galilea, pescador de buscadores que pesquen personas vivas para la vida (Lc 5, 10: “anthrôpus ese zogrôn”). “¿Qué buscáis?” (Jn 1, 38: “Tí Dseteíte”?. Maestro, dónde paras”. “Venid y lo veréis”.