クリスマスのミサ。Misa de Navidad

クリスマスのミサ。

皆さん、イエス・キリストのご降誕を祝う聖夜の集いによくおいでくださいました。この夜の喜びをお伝えしいたします。おめでとうございます
日本では、ありがたいことには、この日においてこそ、キリスト者だけではなく、他の宗教の方々も、またこれといった宗教に所属しなくとも、自分なりの信仰のこころをもって思いやりや正義と平和のある世の中を望んでおられる多くの方々は一緒にこの祈りの集いにおいでくださいます。本当にありがたいことです。
では皆さん沈黙のひとときで準備してから私たちを清める告白の祈りを唱え、哀れみの賛歌を歌いたいと思います。心をととのえましょう。

続いて神を称え、平和を願う聖夜の唱、天子の唱、Gloria in excelsis Deo ご一緒に歌いましょう。

説教:

暗闇の中を歩んでいた民衆には希望の光が現れた。先ほどお聞きになった聖書の言葉です。昔、紀元前の八世紀のころのイザヤ預言者の言葉です。あれから約七百年経った後、パレスチナガリラヤ地方でイエス様は現れて暗闇の中を歩んでいた民衆に希望の福音を与えました。 イエス様は病人をいやし、弱い立場で苦しい生活をしていた民衆に希望をもたらしました。ルカ福音書の中でその希望が伝えられております。ルカはイザヤ預言者の言葉を繰り返しています。「暗闇の中を歩んでいた民衆には希望の光が現れた」。これこそクリスマスの意味で、希望の光です。ただ、その光がどこで輝くのかというと、それは暗闇の中を歩んでいる民衆の間です。

先ほどお聞きになった二番目の朗読では「すべての人に解放をもたらす神の慈しみが現れた」と言っていました。イエス様が教えてくださった神様は「私たちと共におられる方」、「近づきやすい方」と言われています。ヨハネ福音書の言葉で言えば、「「神の輝きが人となり、私たちの間に住まわれた」ということです。そういった神の姿はまさにイエス様において現れました。だから世の光り、世の中を生かす光りと呼ばれています。

教会の暦では古くからお祝いされていたお正月六日の日は「神の表れ」「ご公現」、ギリシャ語で「エピファニア」と言います。お正月の六日はクリスマスよりも古くからの祝いでした。イエス様によって希望を与えられたキリスト者たちは年末から新年にかけてのこの季節のことをみなおしました。

昔からいろいろな民族や宗教の人々は十二月二十日あたりからお正月にかけて火の祭りとか太陽の祭りなどを祝い、冬の中で春の明るさが芽生えるのを待ち望んでいました。一年に一番長い夜はこのごろです。太陽の光りが弱くなり始める、もっと南に輝くとき、とうじ(冬至)といいますか、北半球では昼がもっと短い日、十二月22日ですねえ。その後、新年からつぼみが芽生えて、春の兆しが感じられます。希望の光りを語るために相応しい季節です。しかし、希望の話しをきれいごとに終わってしまわないように心得たいですね。いわゆるイルミネーションだけでクリスマスの意味をごまかしたくないです。イエス様がもたらす希望の光りはまぶしい光でも、冷たい光りでもなく、星のような光りだと思います。暗闇の中を歩んでいた民衆には希望の光りが現れた。確かにこの聖書の言葉はきれいごとではありません。

苦しい生活を強いられている民衆の間に現れる希望です。その中からこそルカ福音書で書いてある誕生物語が生まれました。しかし、その話しはいつのまにか上層階級と権力者たちにとって都よい話に変えられてしまって西洋美術の中で美化されてしまいます。私は今週いただいたクリスマスのはがきにはルネサンス時代の貴族婦人たちが着ていたような服装のマリア様が描かれていましたが、それはマリア様らしくありません。

結婚外の妊娠で戸惑うマリア、マリアを受け入れるかどうか戸惑うヨセフ、飼い葉桶の幼子イエスを拝む貧しい羊飼いたちなどは綺麗事でもなければ子供向きの話でもありません。処女降誕の象徴は生物のはなしでも歴史の話しでもありません。それは、信仰の立場から作られた物語です。特に弱い立場にいる人々の信仰の希望、闇の中で輝くキリストの光を証言する物語です。その物語を通してイエス様とは誰であるのか、そして神様はどのように現れ、どこに見出されるのかということは伝えられています。

クリスマスの話を綺麗事や子供向けの話しだけにしてしまいたくありません。イエス様の誕生は例外的であったというよりも、その誕生においてこそすべての誕生の不思議な謎は示され、すべての誕生で起こる神秘はイエスの誕生に照らして解き明かされるといったほうが適切でしょう。というのはどの子供でも親から生まれると同時に聖霊によって、神の息吹によって生まれると言えるからです。この妊娠は神の息吹によって見守られています、どんな事情によってマリアが身ごもったにしても神の息吹によってその誕生が見守られています。マリア様はどのような事情で妊娠するようになるかということの史的事実は私たちには調べられません。それはどのような事情であっても、その子供の誕生は神様によって支えられ、見守られていますし、どこに、どのような形で神様が現れるかということを伝えられるようになるのです。

先ほど私たちは歌いました。『天のいと高きところには神に栄光、地には善意の人に平和あれ』。お手許の聖書と典礼の訳では、『いと高きところに栄光、神にあれ、地には平和、神の心にかなう人にあれ』となっております。他の読み方では、この世には平和、神様の志だからです。言い換えれば、神様から大切にされているすべての人に平和。それこそ神様の志です。
今月、世界人権宣言の六十周年にあたって日本カトリック司教団がメッセージを著しました。『すべてに人の人権を大切に』という題のメッセージですが、次のように訴えております。「貧しく弱い立場に追いやられ、大切な人間関係を断たれてしまっている人々、人間らしい生活が損なわれ、あるいは妨げられている人々の側に立って、この世界を見るようにし、...」掛け替えのない一人ひとり、すべての人間の尊厳と人権が尊重される世界の建設にかかわるように。
このように教会はイエスの福音にもとづいて人権擁護を訴えております。
暗闇の中を歩んでいた民衆には希望の光りが現れた。私たちは今晩全世界に目を向けて苦しみの中を歩んでいる人々のことを思って祈りたいものです。戦争の被害者、国の侵略で悩む民衆や子供とそのお母さんたち、難民生活を送っている人々、国へ仕送り出きるようにいやな仕事を安い給料でせざるをえない人々、日本社会の厳しい画一化のため普通のレールに乗れないで、社会のペースからはみ出される人々、声なき、力なき人々などに間に希望の光が現れ、その人々から私たちに希望があたえられるように祈りたいと思います。




Más allá de la Navidad comercial de iluminaciones o de la infantil de Belén, Papá Noel, cena y regalos, merece la pena repensar desde y para la fe adulta el significado de la Epifanía de la Fuente de la Vida, que hecha carne vivifica y cuestiona nuestras vidas. Enfocar desde ángulos nuevos algunas escenas navideñas.

Paz a todo el mundo, querido por el Señor

En la tierra paz, cantamos, a todos los hombres y mujeres, porque los ama el Señor; porque todos y todas son objeto de la buena voluntad y benevolencia del Señor. Los 35000 suicidios anuales en Japón y el incremento, tanto de “las personas sin techo” como de las llamadas “working poor” -en pleno corazón de una sociedad próspera, burocrática y tecnologizada- son la cresta de una montaña de hielo: una humanidad desesperanzada y empequeñecida. Ante las treinta mil personas congregadas en Nagasaki para una misa de beatificación de mártires, en noviembre del 2008, resonó cuestionadora la voz del cardenal Shirayanagi: “Miren a su alrededor el área que ocupa una multitud de treinta mil personas. Miren bien y caigan en la cuenta del número, porque es el de los suicidios al año en nuestro país”. Un silencio escalofriante prolongaba el eco de las palabras del cardenal, invitando a no taparse los ojos ante de la realidad de una sociedad injusta y desesperanzada.
En el mensaje con motivo del sesenta aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, los obispos japoneses eligieron la expresión acuñada por el franciscano P. Honda, para referirse a las víctimas de la sociedad injusta y desesperanzada: no dijeron “los pequeños”, sino “los empequeñecidos”, no meramente pobres, sino “injustamente empobrecidos” (En japonés, chiisaku sareta hitobito). Sobre estas personas se posará la estrella de Belén, que se oculta sobre Wall Street.
En la Eucaristía del P. Honda con personas sin techo en Kamagasaki (Osaka), que me recuerda la de Entrevías en Madrid, resuena la voz del ángel: Paz en la tierra para todos y todas, porque todos y todas son amados por el Señor, son objeto de la “eudokía” o benevolencia divina. Como bien explica la teóloga Dolores Alexandre en su exégesis, la frase “paz en la tierra a todas las personas” se completa en su segunda parte traduciendo así: “que por algo a todas las ama el Señor”, “porque todas son amadas por el Señor”. La “eudokía” no se refiere inmediatamente a una mera buena voluntad de las personas, sino a la buena voluntad de Dios que acoge también a las personas de mala voluntad, derramando sobre todas y todos su benevolencia y gratuidad.
Como canta santa María del Magnificat, “”Derriba del trono a los poderosos y encumbra a los humildes”. Encumbra a los humildes para abrazarlos. Y hace apearse del trono a los poderosos para poder abrazarlos también. Y envía su paz a todos y todas, encumbrando a quienes padecen empequeñecimiento y haciendo apearse de sus tronos a quienes abusaban de poderes detentados. Los abraza a todos y todas con y desde su benevolencia...

María, José y...la Vida

Explicaba la señó el belén viviente a las niñas y niños del jardín de la infancia. Colocó a Sandra, en el papel de María, junto a la cuna-pesebre. Y, dirigiéndose a Jorge, le dijo: “Tú aquí, a la derecha, harás el papel de José”. Preguntó entonces Sandra: “¿Quién es José? ¿El abuelo del niño Jesús?” En efecto, caracterizado Jorge con luenga barba, callado y arrugas postizas, tenía más pinta de abuelo que de padre.
La iconografía tradicional de la Sagrada Familia y los prejuicios ancestrales sobre el modo de hablar de sexualidad, procreación y nacimiento, han sido y siguen siendo obstáculo para aprovechar la riqueza de los evangelios de la infancia de Jesús.
Muy conocido, pero no siempre bien interpretado, es el pasaje de Mt 1, 20: José, no tengas reparo en llevarte a María contigo. La narración del sueño de José tiene que ver con el enigma de todo nacimiento y el planteamiento de la ética de la vida. Nos hizo caer en la cuenta de ello un texto enigmático de Juan Pablo II que, cuando encargaba a sus ayudantes de redacción los borradores de sus encíclicas, se reservaba escribir de su propio puño y letra trozos de meditación bíblica muy personales, con los que quería consolidarlas.
En el texto que dedicó a la bioética (Evangelium vitae, El Evangelio de la vida, 1995) escribe así al comienzo: “La Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano” (EV 1). Con esta línea tan densa de contenido, dio aquel pontífice filósofo un giro de ciento ochenta grados al enfoque de las homilías sobre san José y a la cristología que presuponen. Este enfoque no aleja de nosotros el misterio del nacimiento de Jesús, arropándolo con las categorías de lo excepcional y extraordinario, ni lo convierte en algo raro e inasequible. Al contrario, se pone de relieve, a la luz del nacimiento de Jesús, lo que hay de extraordinario en todo nacimiento ordinario y lo que hay de divino en toda la vida cotidiana humana. En vez de medir el nacimiento de Jesús con el patrón de los demás nacimientos, confundiendo lo extraordinario con lo anormal, en la citada frase se hace la operación inversa: se da la vuelta a la frase y se consideran los demás nacimientos a la luz de éste, en el que se muestra el misterio de todo nacimiento humano.
Con razón sigue diciendo que “la alegría mesiánica constituye así el fundamento y la realización de la alegría por cada criatura que nace” (EV 1). Textos como éste inyectan amplitud de miras a la ética del comienzo de la vida.
El exegeta belga Jean Radermakers, en su comentario al Evangelio según san Mateo, junta el rigor crítico con el sentido de la catequética y la espiritualidad cuando escribe así: “Si José se inquieta, no es por dudar de su prometida, sino por su propia relación con el niño que va a nacer y la misión que le incumbe... El sentido religioso de la justicia parecía pedir a José que se retirara, sin anexionarse los méritos de una actuación divina... Pero Dios le hace ver que quiere necesitar de él. Por eso deberíamos traducir así: Aunque sea cierto que en la gestación de María ha actuado el Espíritu, a tí te corresponde ponerle el nombre de Jesús... para que le puedan llamar Dios con nosotros... Tomando imágenes de las mitologías paganas, depuradas por la reflexión judía, Mateo no se sitúa en un plano de fisiología, medicina, ginecología o sexología, sino en el de una realidad más profunda... Deberíamos releer nuestra experiencia del alumbramiento y de la responsabilidad parental a partir del nacimiento de Jesús... Toda criatura recién nacida viene de Dios. Asumir una maternidad y paternidad humanas es dejar que Dios se revele en la criatura nacida... La misión de todo varón y mujer que se unen es dar lugar a que aparezca en el mundo la realidad de Enmanuel, Dios con nosotros” (Au fil de l,évangile selon saint Matthieu, 34-48).
Lástima que esta perícopa haya sido malentendida desde enfoques negativos sobre la sexualidad, que veían la actuación del Espíritu en confrontación con la relación matrimonial. Encandilados por la luz de un alumbramiento excepcional, no dejaban percibir el soplo del Espíritu vivificando cada procreación. Todo nacimiento se origina, de algún modo, por obra del Espíritu.
Releído el pasaje desde esta hermenéutica, diría el ángel a José: “No dejes de llevarte a María contigo. No creas que porque intervenga el Espíritu tu papel está de sobra. No tienes que alejarte para dejar que Dios haga algo grande con vuestra familia. No vas a entrar en competencia con el Espíritu. Tu papel es compatible con la acción de Dios y con que Jesús sea el Cristo.”
Releo en la solemnidad de san José la perícopa evangélica que narra su perplejidad, mientras recuerdo debates recientes de bioética en torno al inicio de la vida o las tecnologías de reproducción asistida. Superponiendo ambas imágenes, redescubro las palabras del Cardenal Lehman: “Ni fabricamos los hijos, ni los trae una cigüeña. Hacemos los hijos que Dios nos da y Dios nos da los hijos que hacemos nosotros”. Receptividad para el don y actividad co-creadora se conjugan. Tal es el repaso de teología y bioética desencadenado por el sueño de José.